Si bien es cierto que resulta cómodo y práctico tener todas
nuestras cuentas en un mismo banco, tales como caja de ahorro, cuenta corriente, plazo fijo, fondo común de
inversión, etc. también puede resultar altamente riesgoso en momentos en que la
economía de un país atraviesa un momento delicado.
Algunas entidades bancarias optan por
irse del país, otras quiebran y las que quedan se ajustan a políticas
económicas que en nada favorecen al cliente. Tal fue el caso de Argentina
en la época del corralito cuando los depósitos quedaron congelados en los
bancos hasta que cambiara la política económica y se pudiera nuevamente extraer
el dinero "en guarda", el cual nos fue devuelto en cómodas cuotas.
Mientras tanto,
nada nos quitó la angustia de no poder disponer de nuestros billetes que de buena
fe colocamos allí, especialmente si estábamos ahorrando para hacernos un
tratamiento de salud costoso, o una cirugía, o tal vez para comprarnos una casa,
un auto, etc.
Diversificar las cuentas y los depósitos en distintas
entidades bancarias es una manera de proteger
nuestro dinero y de correr el menor riesgo posible, una cuenta en un banco,
otra en otro banco, evitando de esta forma quedarnos sin nada si alguno de ellos quiebra o se va
del país.
Nunca fue buena idea poner todos los huevos en la misma canasta
(bancos en este caso).
Este es otro caso más donde la facilidad y la comodidad
nos expone a perder todo nuestros ahorros
de la noche a la mañana.